SEP SEMS DGETA
CENTRO de BACHILLERATO TECNOLÓGICO AGROPECUARIO No. 113
“Miguel Hidalgo y Costilla”
PARANGARICO, Yuriria, Gto.
Sistema Abierto de Educacion
Tecnológica Agropecuaria
Ciencia, Tecnología, Sociedad y
Valores III
5º
“AS” Técnico
Agropecuario
HECHOS HISTORICOS
ELABORADO POR:
José Damián castillo Martínez
Adán Morales Domínguez
María Elena Aguilera Calderón
Facilitador: Lic. José Jesús León León
Desde los comienzos de la vida los cambios que hadado
el hombre en conocimiento, desarrollo, y civilización son hechos que lo obligan
a evolucionar. Desde los principios de la vida, el hombre ha tenido diferencias
de las cuales conoceremos en nuestros temas a explicar, aquí les presentaremos
los hechos que forjaron toda una vida de diferencias y cambios. Presentaremos
las bases que han logrado interponer las diferencias de hechos relativos. Las
indiferencias que han logrado que
nuestra sociedad esta equilibrada se base a que existe el débil y el fuerte es
un equilibrio que ha logrado que los humanos estén en balance pero siempre con
un profundo desacuerdo interno por la falta de oportunidades que nos separa de
una vida de aspiraciones sociales y económicas. Las necesidades que el humano
ha tenido desde el comienzo de la vida
como era el comunicarse, expresión mímica que fue el comienzo de la
comunicación, otra necesidad fue el de convivir en grupo y no ser ermitaño y vivir
en sociedad fue una de sus mayores necesidades. Otra de las necesidades de el
hombre de los principios fue la de el vestir o uso de prendas, que lo protegían
de el sol, el frio y el clima extremo. Comenzó como necesidad de aquí para
adelante, como consumismo, la necesidad
del uso de prendas; otro de los fenómenos en el hombre es el de la necesidad de
más espacio de la necesidad de poseer más que el otro. Desde la edad antigua
como hasta la edad moderna la lucha por el poder ha logrado que se reduzca el
desarrollo económico y social provocando con ello muchos desacuerdos y llevando
con ello las remunerables guerras por la obtención del poder. Desde el
conocimiento de las herramientas como medio de progreso el ser humano se volvió
un ser extremadamente sedentario en su progreso llevando con ello una ambición
terrenal por ocupar la más vasta gama de recursos naturales. Otra de las causas
de las que hablaremos es la política que es la que nos afecta en el desarrollo
social y económico, la lucha por las candidaturas han puesto en jaque todos los
gobiernos mundiales. Sobre todos estos temas que nos han servido como medio de
información trataremos de explicar más ameno acerca de la transformación
mundial desde su comienzo hasta nuestros días. La migración es uno de los
problemas mundiales a tratar por su extensa gama de discriminación y racismo
social, que en pleno siglo XXI es un lamentable hecho que se debe radicar de la
expresión humana todo esto lo veremos en estos temas que les presentaremos en
este trabajo de ética sociedad y valores.. En estos temas observaremos como
todos los cambios se enfocan en una estructuración social lejos del ideal del
hombre.
INTRODUCCIÓN
En este tema
les presentaremos algunas de las transformaciones que avenido sufriendo nuestra
historia, el tiempo asido uno de los factores que ha ayudado a que nuestras
vidas vallan evolucionando a pasos agigantados de los cuales sentimos que pasan
desapercibidos sin remoto cambio. A través del tiempo la historia nos ha venido
proporcionando mucha variedad de información la cual a veces no sabemos si en
verdad es autentica o exacta queda la duda por la cual en este tema
observaremos y trataremos de dar una breve examinada que pondremos en tutela
nuestra investigación.
Redactaremos la historia del comienzo de
nuestra vida como se trasformo hasta nuestros días. También el auge que se ha
dado con los descubrimientos e inventos que se fueron descubriendo, las
culturas de aquellos tiempos,
investigando su forma de vida que allí se llevo a cabo.
DESARROLLO
La historia
La historia
es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias sociales. Se denomina también historia al periodo histórico que transcurre desde la aparición
de la escritura hasta la actualidad.
Más allá de las aceptaciones propias de la ciencia
histórica, historia en el
lenguaje usual es la narración de cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras; sea su propósito el engaño, el placer estético o cualquier otro (ficción
histórica).
Por el contrario, el propósito de la ciencia histórica es la fijación fiel de
los hechos e interpretarlos ateniéndose a criterios de objetividad; aunque la posibilidad de cumplimiento de tales
propósitos y el grado en que sea posible son en sí mismos objetos de debate.
En medicina se utiliza el concepto de historia
clínica
para el registro de datos sanitarios significativos de un paciente, que se
remontan hasta su nacimiento o incluso a su herencia
genética.
A su vez, llamamos historia al pasado mismo, e incluso, puede hablarse de una historia natural en que la humanidad no estaba presente (término
clásico ya en desuso, que se utilizaba para referirse no sólo a la geología y la paleontología sino también a muchas otras ciencias
naturales;
las fronteras entre el campo al que se refiere este término y el de la prehistoria y la arqueología son imprecisas, a través de la paleo antropología).
Ese uso del término historia lo hace equivalente a cambio en el tiempo.
En
ese sentido se contrapone al concepto de filosofía, equivalente a esencia o permanencia (lo que permite hablar de una filosofía
natural en
textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios académicos
anglosajones, como equivalente a la física). Para cualquier campo del conocimiento, se puede
tener una perspectiva histórica el cambio o bien filosófica su esencia. De hecho, puede hacerse eso para
la historia misma.
Historia como ciencia
Dentro de la popular división entre ciencias y letras o humanidades, se tiende a
clasificar a la historia entre las disciplinas humanísticas junto con otras ciencias sociales (también denominadas ciencias humanas); o incluso se le llega a considerar como un puente
entre ambos campos, al incorporar la metodología de éstas a aquéllas. La
ambigüedad de esa división del conocimiento humano, y el cuestionamiento de su conveniencia, ha
llevado al llamado debate de las dos culturas
.
No todos los historiadores aceptan la identificación
de la historia con una ciencia social, al considerarla una reducción en sus
métodos y objetivos, comparables con los del arte si
se basan en la imaginación (postura adoptada en
mayor o menor medida por Hugh Trevor-Roper, John Lukacs, Donald Creighton, Gertrude
Himmelfarb o Gerhard Ritter). Los partidarios de su condición científica son la
mayor parte de los historiadores de la segunda mitad del siglo XX y del siglo XXI (incluyendo, de entre los muchos que han explicitado
sus preocupaciones metodológicas, a Fernand Braudel, etc. Buena parte de ellos, desde una perspectiva multidisciplinar. Braudel combinaba historia con geografía, Bracher con ciencia
política,
Fogel con economía, Gay con psicología, Trigger con arqueología, mientras los demás citados lo hacían a su vez con
las anteriores y con otras, como la sociología y la antropología. Esto no quiere decir que entre ellos hayan alcanzado
una posición común sobre las consecuencias metodológicas de la aspiración de la
historia al rigor científico, ni mucho menos que propongan un determinismo que (al menos desde la revolución
einsteniana de
comienzos del siglo XX) no proponen ni las llamadas ciencias duras. Por su parte, los
historiadores menos proclives a considerar científica su actividad tampoco
defienden un relativismo estricto que
imposibilitaría de forma total el conocimiento de la historia y su transmisión;
y de hecho de un modo general aceptan y se someten a los mecanismos
institucionales, académicos y de práctica científica existentes en historia y
comparables a los de otras ciencias (ética de la investigación, publicación
científica, revisión por
pares, debate y
consenso científico, etc.).
La utilización que hace la historia de otras
disciplinas como instrumentos para obtener, procesar e interpretar datos
del pasado permite hablar de ciencias
auxiliares de la historia de metodología muy diferente, cuya subordinación o
autonomía depende de los fines a los que estas mismas se apliquen.
Historia como disciplina académica
El registro de anales y crónicas fue en muchas civilizaciones un oficio ligado a un
cargo institucional público, controlado por el estado. Sima Qian (denominado padre
de la Historia en la cultura china) inauguró en esa civilización los registros
históricos oficiales burocratizados (siglo II . . La crítica del musulmán Ibn Jaldún (Muqaddima Prolegómenos a la Historia Universal
1377) a la manera tradicional de hacer historia no tuvo consecuencias
inmediatas, siendo considerado un precedente de la renovación de la metodología
de la historia y de la filosofía de
la historia
que no se inició hasta el siglo XIX, fruto de la evolución de la historiografía en Europa
Occidental. Entre tanto, los cronistas oficiales castellanos y de Indias dieron
paso en la España
ilustrada
del siglo XVIII a la fundación de la Real Academia
de la Historia; instituciones similares existen en otros países.
La docencia de la historia en la enseñanza obligatoria fue una de las bases de la construcción nacional desde el siglo XIX, proceso simultáneo a la proliferación de las cátedras de historia en las universidades (inicialmente en las facultades de letras o Filosofía y Letras, y con el tiempo, en facultades propias o de Geografía e Historia -disciplinas cuya proximidad científica y metodológica es una característica de la tradición académica francesa y española ) y la creación de todo tipo de instituciones públicas y privadas (clubes históricos o sociedades históricas, muy habitualmente medievalistas, respondiendo al historicismo propio del gusto romántico, empeñado en la búsqueda de elementos de identificación nacional); así como publicaciones dedicadas a la historia.
En la enseñanza media de la mayor parte de los países, los programas de
historia se diseñaron como parte esencial del currículo. En especial la agregación de
historia
presente en los avances
franceses desde 1830 adquirió con el tiempo un prestigio social incomparable
con los cargos similares en otros sistemas educativos y que caracterizó el elitismo de la escuela laica
republicana hasta finales del siglo XX.
A ese proceso de institucionalización, siguió la especialización y subdivisión de la disciplina con diferentes sesgos
temporales y cuestionables aplicados fuera de la civilización occidental. historia antigua, medieval, moderna, contemporánea estas dos últimas, habituales en la
historiografía francesa o española, no suelen subdividirse en la historiografía
anglosajona, en moderna
espaciales. historia nacional, regional, local, continental de África, Asia, América, Europa, y Oceanía. historia
política, militar, de las
instituciones, económica y
social, de los
movimientos sociales y de los movimiento
políticos, de las
civilizaciones, de las
mujeres, de la vida
cotidiana, de las
mentalidades, de las ideas, cultural. historias sectoriales ligadas a otras disciplinas (historia del arte, de la música, de las
religiones, del derecho, de la ciencia, de la
medicina, de la
economía, de la ciencia
política, de las
doctrinas políticas, de la
tecnología),
o centrada en cualquier tipo de cuestión particular. historia de
la electricidad, de la
democracia, de la Iglesia, de los sindicatos, de los sistemas
operativos, de las formas
literarias de la Biblia, etc. Ante la atomización del campo de estudio,
también se han realizado distintas propuestas que consideran la necesidad de
superar esas subdivisiones con la búsqueda de una perspectiva holística. Historia de
las civilizaciones e historia total o su enfoque inverso (microhistoria).
Historia como escritura
El escriba sentado (Saqqara III milenio a. C. IV o V dinastía de Egipto). Representa a un
funcionario en actitud de comenzar a escribir, o sea, a registrar un hecho o
una interpretación más o menos interesada de hechos seleccionados, económicos,
militares, legislativos, religiosos; una función de consecuencias
trascendentales: sirve tanto para el ejercicio y la justificación del poder en su presente como
para la preservación de la memoria
histórica
hacia la posteridad.
La identificación del concepto de historia con la narración escrita del
pasado produce, por un lado, su confusión con el término historiografía. Historia
se llama a la vez al objeto estudiado, a la ciencia que lo estudia y al documento resultado de ese estudio y por otro justifica el
empleo del término prehistoria para el período
anterior a la aparición de la escritura, reservándose el nombre historia para el periodo posterior.
Según ese uso restrictivo, la mayor parte de la
humanidad queda fuera de la historia,
no tanto porque no accede personalmente a la lectura y la escritura (el analfabetismo fue la condición común de la inmensa mayoría de la
población, incluso para las clases dominantes, hasta la imprenta), sino porque los reflejados en el discurso histórico
han sido siempre muy pocos, y grupos enteros quedan incivilizados. Las clases bajas, las mujeres, los discrepantes que
no pueden acceder al registro escrito. con lo que ha sido objeto de
preocupación de algunos historiadores la reconstrucción de la visión de los vencidos y la historia desde abajo.
Lo mismo ocurre con gran número de pueblos y culturas las consideradas como culturas
primitivas,
en una terminología ya desfasada de la antropología
clásica
que no tienen historia. El
tópico los idealiza al considerar que son pueblos felices. Entran en ella cuando se produce su contacto,
habitualmente destructivo (aculturación), con civilizaciones (sociedades complejas, con escritura). Incluso en ese momento no
son propiamente objeto de la historia
sino de la protohistoria (historia realizada
a partir de las fuentes
escritas
producidas por los que generalmente son sus pueblos colonizadores por oposición a los pueblos
indígenas.
No obstante, independientemente de que los historiadores y los antropólogos ideológicamente tengan una tendencia etnocentrista (euro centrista, sino centrista o indigenista) o, de forma
opuesta, multiculturalita o relativista cultural, existe la posibilidad de
obtener o reconstruir un relato fiable de los acontecimientos que afectan a un
grupo humano utilizando otras metodologías: fuentes
arqueológicas (cultura material) o historia oral. En buena parte, esta diferencia es artificial, y no
necesariamente novedosa: el mismo Heródoto no puede sino usar ese tipo de fuentes
documentales cuando redacta la que se considera la primera Historia, o al menos acuña el
término, en la Grecia del siglo V a. C. para que el
tiempo no abata el recuerdo de las acciones de los hombres y que las grandes
empresas acometidas, ya sea por los griegos, ya por los bárbaros, no caigan en
olvido; da también razón del conflicto que puso a estos dos pueblos en la
liquidación de los mismos.
Etimología
La etimología remota procede del protoindo europeo, wid-tor (de la raíz *weid, "saber, ver" construcción hipotética ) presente también en
la palabras latinas idea o visión, en las germánicas wit, wise o wisdom,
la sánscrita veda, y las eslavas videti
o vedati, y en otras lenguas de
la familia
indoeuropea.
Filosofía de la historia
La filosofía de la historia no debe confundirse ni con
la historiología, ni con la historiografía, de los que se separa claramente. La
filosofía de
la historia es
la rama de la filosofía que concierne al
significado de la historia humana, si es que lo tiene. En su origen especuló si
era posible un fin teleológico de su desarrollo, o sea, se pregunta si hay un
diseño, propósito, principio director o finalidad en el proceso de la historia
humana. En la actualidad se discute más sobre la función del conocimiento
histórico dentro del conocimiento y las implicaciones del mismo. También se ha
discutido sobre si el objeto de la historia debe ser una vedad histórica, el deber ser, o si la historia es en algún sentido es cíclica o
lineal y el devenir histórico se aparta indefinidamente del punto de partida.
También se ha discutido si es posible hablar de la idea de progreso positivo en ella.
Fines y justificación de la historia
Tampoco deben confundirse los supuestos fines
teleológicos del hombre en la historia con los fines de la historia es decir, la justificación de la propia
historia como memoria de la humanidad. Si la historia es una ciencia social y
humana, no puede abstraerse del porqué se encarga de estudiar los procesos
sociales: explicar los hechos y eventos del pasado, sea por el conocimiento
mismo, sea por que nos ayudan a comprender el presente: Cicerón bautizó a la historia como maestra de la vida, y como él Cervantes, que también la llamó madre de la verdad. Benedetto Croce remarcó la fuerte implicación del pasado en el
presente con su toda historia es
historia contemporánea. La historia, al estudiar los hechos y procesos
del pasado humano, es un útil para la comprensión del presente y plantear
posibilidades para el futuro. Salustio llegó a decir que entre las distintas ocupaciones que se ejercitan con el ingenio, el
recuerdo de los hechos del pasado ocupa un lugar destacado por su gran utilidad.
Un tópico muy difundido (atribuido a Jorge Santayana) advierte que los
pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla, aunque
otro tópico (atribuido a Carlos Marx) indique a su vez que cuando se repite lo hace una vez como tragedia y la segunda como
farsa. La radical importancia de ello se basa en que la historia, como
la medicina, es una de las ciencias en que el sujeto investigador
coincide con el objeto a estudiar. De ahí la gran responsabilidad del historiador: la historia tiene una proyección al futuro por su potencia transformadora como herramienta de cambio social; y a los profesionales que la manejan, los
historiadores, les es aplicable lo que Marx dijo de los filósofos. Hasta ahora se han encargado de interpretar
el mundo y de lo que se trata es de transformarlo. No obstante, desde
otra perspectiva se pretende una investigación
desinteresada para la objetividad en la ciencia histórica.
División del tiempo histórico
.
No hay un acuerdo universal sobre la periodización de la historia, aunque sí un consenso
académico
sobre los periodos de la historia de la civilización
occidental,
basado en los términos acuñados inicialmente por Cristóbal
Celarius
(Edades Antigua, Media y Moderna), que ponía al mundo clásico grecorromano y su Renacimiento como los hechos determinantes para la división; y que
actualmente es de aplicación general. La acusación de eurocentrismo que se hace a tal periodización no impide que sea la
más utilizada, por ser la que responde precisamente al desarrollo de los
procesos históricos que produjeron el mundo contemporáneo.
En cuanto a la división del tiempo prehistórico en
Edad de la Piedra y Edad de los Metales, fue propuesta en 1836
por el arqueólogo danés Christian
Jürgensen Thomsen.
El problema de cualquier periodización es hacerla
coherente en términos sincrónicos y diacrónicos, es decir: que sea válida tanto para el transcurso del tiempo en un único
lugar, como para lo que ocurre al
mismo tiempo en distintos ámbitos espaciales. Cumplir ambos requisitos
resulta difícil cuando los fenómenos que originan el comienzo de un periodo en
un lugar (especialmente el Próximo Oriente, Asia central o China) tardan en
difundirse o surgir endógenamente en otros lugares, que a su vez pueden estar más
o menos próximos y conectados (como Europa Occidental o el África
subsahariana), o más o menos lejanos y desconectados (como América u Oceanía). Para responder a todo ello, los modelos de periodización
incluyen términos intermedios y periodos de solapamiento (yuxtaposición de características
distintas) o transición (aparición paulatina
de las novedades o características mixtas entre el periodo que empieza y el que
termina). La didáctica de la historia se
ayuda frecuentemente de diferentes tipos de representación gráfica de la
sucesión de hechos y procesos en el tiempo y en el espacio.
Prehistoria
Pinturas
rupestres de
Cueva de las
Manos (Río Pinturas, Argentina, cerca de 9000 años de antigüedad). Representan
esquemáticamente a un hombre y a grupos de animales; también se observan otros
símbolos, destacadamente las manos que dan el nombre al lugar. Esta forma de arte
prehistórico, aunque es un testimonio valiosísimo para la
reconstrucción del pasado, no es una fuente
histórica,
sino arqueológica.
Stonehenge, un monumento megalítico tipo crómlech construido en Gran Bretaña en el III milenio a. C. por un pueblo en transición del neolítico a la edad
de los metales, contemporáneo de las Pirámides de
Egipto.
Su olvidada función religiosa y astronómica es objeto en la actualidad de revivales espiritualistas.
Prehistoria. Desde la aparición del
hombre
(diferenciación de las distintas especiesdel género Homo, subtribu hominina, superfamilia Hominoidea, orden de los primates), de fechas inciertas, hace más de dos millones de
años; hasta la aparición de la escritura, en torno al IV milenio a. C..
Paleolítico (etimológicamente Antigua Edad de Piedra, por la piedra tallada). Los hechos más decisivos son los ligados a la evolución humana, en lo físico, y a la evolución cultural primitiva (utilización de herramientas y del fuego y desarrollo de distintos tipos de colaboración y conducta social primitiva; destacadamente el lenguaje). Los grupos sociales no superarían el tamaño de hordas, con una densidad de población inferior a un habitante por kilómetro cuadrado. La economía se limitaba a una relación depredadora con el medio ambiente (caza, pesca y recolección), lo que no impedía un impacto notable y extinciones provocadas por la presión de la actividad humana en los ecosistemas donde se establecían
Paleolítico medio. Ligado a cambios en la cultura material y en las especies de homínidos (Hombre de
Neanderthal en
Europa, Homo
sapiens
arcaico en África -Hombres de Kibish ), desde hace 130.000 años hasta hace 35.000 años
aproximadamente.
Paleolítico superior. Ligado a la cultura material
asociada al Homo sapiens moderno:
el modo cuatro (Auriñaciense, Gravetiense, Solutrense, Magdaleniense en Europa, Clovis y Monte Verde en América, donde por primera vez aparecen homínidos );
desde hace 35.000 años hasta hace 10.000 años aproximadamente. Ya no hay
cambios significativos para la paleo
tropología en
el registro
fósil;
las variaciones entre distintos grupos son mucho más sutiles: las estudiadas
tradicionalmente por la antropología
física y
que se conocían como razas
humanas, y
que la moderna genética de
poblaciones
estudia con renovadas metodologías (genética
molecular).
Junto con la paleo-lingüística pretende reconstruir las migraciones primitivas.
Mesolítico Epipaleolítico Protoneolítico. Periodo de transición, ligado a los cambios que
produjo el fin de la última glaciación. Desde el X milenio a. C. hasta el VIII milenio
a. C.,
aproximadamente. En las zonas en las que significó una transición hacia el
neolítico se denomina mesolítico, mientras que en el
resto, en las que sólo significa una fase de continuación del paleolítico, se
denomina epipaleolítico.
Neolítico (etimológicamente
"nueva Edad de Piedra", por la piedra pulimentada. Del VIII milenio
a. C. al
IV milenio a.
C.
aproximadamente. Su inicio en cada zona está ligado al desarrollo de la
denominada Revolución Neolítica: sustitución de la economía depredadora (caza, pesca y
recolección) por la economía
productora (agricultura y ganadería), lo que intensificó extraordinariamente la densidad
de población (de crecimiento limitado régimen
demográfico
antiguo ) y el impacto en el medio ambiente. Aparición de la cerámica, sustitución del nomadismo por el sedentarismo (asentamientos estables o aldeas). Tuvo lugar a partir del VIII milenio
a. C. en
el Creciente
fértil
del Oriente
Próximo, y
se difundió hacia el norte de África y Europa (en España a partir del VI milenio a. C.) y Asia. La aparición de la agricultura y la
ganadería se produjo de forma endógena en otras zonas del mundo (con seguridad
en América, de forma menos clara en otras zonas).
Edad de los Metales. Desde el IV milenio a. C. (o más tarde, según la zona), que aunque es una época
ya histórica en el Próximo
Oriente Antiguo, es aún prehistórica en la mayor parte del mundo. Innovaciones
tecnológicas de difusión paulatina (metalurgia, rueda, arado, vela). Algunas aldeas se amurallan y aumentan de tamaño hasta transformarse en ciudades. La economía y la sociedad se hace más compleja (excedentes, comercio a larga distancia, especialización del trabajo, estratificación
social
con una élite dirigente caracterizada por la exhibición de riqueza
en forma de armas y monumentos
funerarios).
El tránsito a la historia se dará cuando se complete la formación de las
sociedades complejas (civilizaciones) con estado y religión institucionalizada, que producirán la escritura.
Arquero asirio a caballo. Representa una cacería real como la de la
famosa leona herida. La íntima relación de determinados pueblos con el caballo caracterizó la dinámica milenaria entre pueblos
nómadas ganaderos y sedentarios agricultores que mucho más tarde describiría el
historiador árabe Iban Galdón.
Los miles de guerreros del ejército de
terracota (Xian, siglo III a. C.) Servían para garantizar el eterno mandato de Qin Shi Huang, autoproclamado primer emperador de
China,
temeroso de los innumerables enemigos cuya venganza esperaba en la vida después
de la muerte. Las civilizaciones extremo orientales se caracterizaron
por su continuidad, que no se vio interrumpida por la discontinuidad entre Edad
Antigua y Edad Media propia de la civilización
occidental.
Especialmente la civilización
china,
el ejemplo más estable de imperio
hidráulico,
vio la repetición
aparentemente perpetua de ciclos dinásticos de auge (interpretado
tradicionalmente como premio por respetar el equilibrio del mandato del cielo), descomposición
interna (interpretada como consecuencia del desequilibrio al no respetarlo) e
invasiones exteriores (interpretadas como castigo y oportunidad de reiniciar el
ciclo), que continuó hasta el siglo XX.
El acueducto de
Segovia,
una construcción utilitaria romana de finales del siglo I, sigue determinando la personalidad de una ciudad
contemporánea, junto con otros hitos de su historia como las murallas o la catedral. Otras muestras de
la pervivencia de la romanización en la actualidad son
la lengua, el derecho, la religión, etc.
Historia. Desarrollo de la escritura como consecuencia de la aparición de los primeros estados. IV milenio a. C. en Sumeria.
Protohistoria. Período de
solapamiento: las civilizaciones que desarrollan escritura dejan constancia escrita
no sólo de sí mismas, sino de otros pueblos que no lo han hecho. Habitualmente
los pueblos colonizadores son los que dejan
testimonio histórico de su relación los pueblos
indígenas
(por ejemplo, de los pueblos
prerromanos).
Nacimiento de la civilización en el Antiguo
Oriente Próximo (a veces denominado Antigüedad temprana). Primeros estados (templos, ciudades-estado, imperios
hidráulicos)
en Mesopotamia (Sumeria, Acad, Babilonia, Asiria), Antiguo Egipto, Levante
Mediterráneo (Fenicia, Antiguo Israel) y el resto del Mediterráneo
Oriental
(civilizaciones anatólicas -hititas-, y egeas minoica y micénica ); con muy poca
relación con esos núcleos en India (cultura del
valle del Indo), China; y de forma endógena en la América
precolombina y en algunas culturas del África
Subsahariana.
Antigüedad clásica: Entre el siglo VIII a. C. y el siglo II d. C.. De validez restringida a las civilizaciones
griega y romana, caracterizadas por la cultura clásica (término de gran ambigüedad, que en su aspecto
espacial y temporal puede considerarse ampliado a todo el Próximo Oriente por
el helenismo posterior al Imperio de Alejandro Magno y al Mediterráneo
occidental
por el helenizado Imperio romano; o restringido al periodo clásico del arte griego -siglo V a. C. y siglo IV a. C. o de forma aún más estricta reducido al siglo de Pericles -la Atenas de mediados del siglo V), y unos precoces conceptos
de libertad, democracia y ciudadanía que se basaban paradójicamente en la sumisión de otros
pueblos y la utilización intensiva de la fuerza de
trabajo esclava. Ambas civilizaciones contaban sus eras desde fechas
del Siglo VIII a.
C.
(la primera olimpiada o la fundación de
Roma,
respectivamente). Simultáneamente se desarrolló el Imperio persa, que ocupa el espacio intermedio y pone en contacto
las civilizaciones
mediterráneas con las civilizaciones asiáticas, especialmente la hindú,
mientras que las civilizaciones de Extremo Oriente, como la china, se desarrollan de forma prácticamente
independiente, y las americanas en total desconexión.
Antigüedad tardía: De validez restringida a Occidente, es un periodo de
transición, desde la crisis del
siglo III
hasta Carlomagno o la llegada del Islam a
Europa (siglo VIII), en que el Imperio
romano entra en decadencia y sufre el impacto
de las invasiones
germánicas,
nuevas religiones monoteístas (cristianismo e Islam) se imponen como
religiones dominantes y el modo de
producción esclavista se sustituye por el modo de
producción feudal. En Oriente sobrevive el Imperio bizantino rehelenizado.
Cara de la guerra en el Estandarte de Ur, III milenio a. C.. Aparecen tropas uniformadas y en formación, carros
de guerra y la figura destacada de un líder. Los enemigos vencidos son
pisoteados por los caballos o sometidos.
Dos guerreros griegos en combate singular. Tras ellos
hay carros de
guerra.
Fragmento de una crátera ática de figuras
negras, Selinunte, siglo VI a. C. (contemporánea a las reformas de Clístenes). El equipamiento
militar para el combate cuerpo a cuerpo (casco, lanza) es similar al que usarán
los hoplitas, pero ellos luchan agrupados en falanges, y el escudo estará diseñado para proteger tanto al
compañero de filas como al que lo lleva.
Sarcófago
Ludovisi,
hacia 250. Las legiones romanas luchan contra los godos, que
en los siglos siguientes (periodo de las invasiones
bárbaras)
contribuirán decisivamente tanto a la continuidad como a la Caída del
Imperio romano, tras la que instaurarán algunos de los más
importantes reinos
germánicos de
la Alta Edad Media.
Chac Mool (Chichén Itzá, ciudad maya fundada en el siglo VI). Las civilizaciones mesoamericanas desarrollaron una cultura peculiar ligada a la guerra ritualidad entre ciudades estado
rivales, que incluía el sacrificio de los prisioneros para garantizar el orden
cosmológico, además de una antropofagia de debatida consideración.
Un caballero, un clérigo y un campesino (los tres órdenes feudales) ilustran la miniatura de una letra capitular en un manuscrito medieval.
Edad Media: De validez
restringida a Occidente, desde la caída del Imperio
romano de Occidente (siglo V) hasta la caída del Imperio
romano de Oriente (siglo XV). En un periodo tan prolongado se produjeron
dinámicas muy complejas, que poco tienen que ver con los tópicos de
aislamiento, inmovilismo y oscurantismo con que se la definía desde la
perspectiva de la modernidad, que la
infravaloraba como un paréntesis de atraso y discontinuidad entre una
mitificada edad antigua y su renacimiento
en la moderna.
Alta Edad Media: siglo V al siglo X. Una época
oscura por la escasez de fuentes escritas, debida al retroceso de la
vida urbana y de la descomposición del poder político que caracterizan al feudalismo. La Iglesia, sobre todo a través del monacato, se convierte en la única continuidad de la tradición
intelectual. La nobleza y el clero,
vinculados familiarmente, son los señores que ejercen el poder
político, social y económico sobre los campesinos sometidos a servidumbre. Castillos y monasterios se imponen en un paisaje de bosques, baldíos y
pequeñas aldeas casi incomunicadas. Baja Edad Media: Del siglo XI al siglo XV. A veces se restringe al siglo XIV y al siglo XV, como Crisis de la
Edad Media o Crisis del
siglo XIV;
denominándose el periodo del siglo XI al siglo XIII como Plenitud de
la Edad Media. Se produce una revolución urbana y un aumento de la actividad comercial y artesanal de
una incipiente burguesía, al tiempo que se
fortalece el poder de las monarquías
feudales.
Los poderes
universales
(Pontificado e Imperio) se enfrentan y entran en crisis. Las Cruzadas demuestran la capacidad de expansión europea hacia el
oriente del Mediterráneo, mientras en Al-Ándalus (España musulmana) se imponían los reinos cristianos
del norte peninsular. La universidad
medieval
reelaboró el saber antiguo a través de la escolástica (revolución
del siglo XII). En los siglos finales se conforman los rasgos que
caracterizarán todo el periodo del Antiguo Régimen: una economía en transición
del feudalismo al capitalismo, una sociedad
estamental y
una monarquía
autoritaria en
transición a la monarquía
absoluta.
El David de
Miguel Ángel (1504), obra cumbre del Renacimiento
italiano, y
ejemplo de la confianza en el ser humano propia del antropocentrismo humanista.
Edad Moderna: De mediados o
finales del siglo XV a mediados o finales
del siglo XVIII. (Para los
anglohablantes, Early Modern Times,
es decir, "Primera Edad Moderna" o "Edad Moderna
Temprana"). Se toma como hitos que marcan su comienzo la Imprenta, la toma de Constantinopla por los turcos o el descubrimiento
de América;
como final, la Revolución
francesa,
la Independencia de los Estados Unidos de América o la Revolución
industrial.
Es por primera vez, un periodo de validez casi mundial, puesto que para la
mayor parte del mundo (con la excepción sólo parcial de China o Japón -que tras
unos primeros contactos optan por cerrarse a la influencia exterior en mayor o
menor medida o de espacios recónditos de América, África y Oceanía colonizados
en el siglo XIX), significó la imposición de la civilización
occidental y
la denominada economía-mundo. Se inició con la era de los
descubrimientos y la expansión del imperio español y el portugués, mientras el mundo
de las ideas experimentaba las innovaciones del Renacimiento, la Reforma
Protestante y
la Revolución
científica;
contrapesadas por la Contrarreforma y el Barroco. Mientras en la Francia de Luis XIV triunfaba el absolutismo, en otras partes de Europa noroccidental lo hacían
las primeras revoluciones
burguesas
que desafiaban al Antiguo Régimen (revolución
holandesa, revolución
inglesa) y
en el sur y este del continente se observaba un proceso de refeudalización. El eje de la civilización se desplazó de la cuenca del
Mediterráneo al océano
atlántico.
La crisis del
siglo XVII y
los tratados de
Westfalia
reedificaron un nuevo equilibrio
europeo
que imposibilitaba las hegemonías española o francesa, y que se mantuvo durante
el siglo XVIII, caracterizado intelectualmente por la Ilustración. A lo largo de todo el periodo se van gestando los
modernos conceptos de nación y estado
Prueba
nuclear en
el atolón de Bikini, 26 de marzo de 1954, en plena Guerra fría. La era
nuclear se inauguró en 1945, cuando los Estados Unidos lanzaron en Hiroshima y Nagasaki las primeras bombas atómicas. La Unión
Soviética la
siguió en lo que se denominó carrera
nuclear o carrera de armamentos
(simultánea a la carrera espacial), así como las otras tres potencias con derecho a
veto en el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas: Reino Unido, Francia y China.
Otros países no firmantes del tratado de no
proliferación nuclear han desarrollado este armamento: abiertamente India y Pakistán; sin reconocerlo Israel, Sudáfrica lo desmanteló al caer el régimen de apartheid y quizá otros.
Edad Contemporánea. Desde mediados o finales del siglo XVIII hasta el presente. (Para los anglohablantes Later Modern Times, es decir,
"Segunda Edad Moderna" o Edad Moderna Tardía). Una inicial era de las revoluciones (revolución
industrial, revolución
burguesa y revolución
liberal)
acabó con el Antiguo
Régimen y
dio paso en la segunda mitad del siglo XIX al triunfo del capitalismo que se extiende con el imperialismo a todo el mundo, al tiempo que se veía contestado por
el movimiento
obrero.
Las guerras
napoleónicas dieron paso a un periodo de hegemonía británica
durante la era
Victoriana.
El comienzo de la transición
demográfica
(primero en Inglaterra, poco después en el
continente europeo y posteriormente en el resto del mundo) produce una
verdadera explosión
demográfica
que altera de forma radical el equilibrio social y el del hombre con la
naturaleza, sobre todo a partir de la segunda
revolución industrial (paso de la era
del carbón y de la máquina de vapor a la era del
petróleo y el motor de explosión y la era de la electricidad). La primera mitad del siglo XX se marcó por dos guerras mundiales y un período de
entreguerras en el que las democracias
liberales
enfrentadas a la crisis de
1929 se
ven desafiadas por los totalitarismos soviético y fascista. La segunda mitad del siglo XX se caracterizó por el equilibrio
del terror
entre las dos superpotencias (Estados Unidos y la Unión
Soviética),
y la descolonización del Tercer Mundo, en medio de conflictos regionales de gran violencia
(como el árabe-israelí) y una aceleración
de la innovación tecnológica (tercera
revolución industrial o revolución técnica
científica ).
Desde 1989, la caída del
muro de Berlín y la desaparición del bloque comunista condujeron al mundo actual del siglo XXI presidido por la globalización tanto de la economía como de la presencia política,
militar e ideológica (poder
blando)
de la única superpotencia, así como de sus aliados (potencias clásicas Unión Europea, Japón), socios o posibles rivales (potencias
emergentes China )
y opositores (potencias menores, como algunos países
islámicos, y
movimientos a veces expresados en terrorismo.
CONCLUSIÓN
Historia
abarca todo un proceso de vida desde el comienzo hasta nuestros días, aquí bale
mencionar que el tiempo es el factor evolutivo que nos lleva a comprender que
la vida es solo un paso a la siguiente evolución, y que estudiarla y comprenderla,
es uno de los progresos que en ella han venido cambiando, nos va ayudar a descifrar que la evolución
siempre sigue, y que el medio que nos rodea nos invita cambiar de idea en el
proceso de transformación de nuestra visión futura.
La
forma en que la gente se ha venido comunicando a través de la historia es otro
de los misterios. La historia por su por su parte es muy diversa, por lo cual origino que el hombre antiguo se
comunicara con dibujos, y figuras de
piedra de gando plasmada su forma de ver
las cosas en su medio de vida. (Redactando su forma de vivir).
bibliografia:http://es.wikipedia.org/wiki/Historia
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